Es imposible vivir sin espirar

Cuando dejamos de respirar, morimos. Cuando dejamos de, rezar también morimos, espiritualmente. La respiración y la oración son esenciales para que el hijo de Dios viva en este mundo. Sin la práctica de la oración, ¿cómo sabremos qué hacer? ¿Cómo sabremos a dónde ir? ¿Cómo sabremos cuándo esperar la orientación de nuestro Dios? {loadmodule mod_pwebbox,FACEBOOK} Cuando rezamos, nuestro cuerpo espiritual supera las aflicciones, soporta enfermedades, lucha por hacer realidad los sueños, recibe la luz del Señor e ilumina los entornos por los que pasa. Cuando rezamos, descubrimos los errores cometidos y nos esforzamos por corregirlos. Sin oración, nuestra respiración espiritual, vivimos de mal humor, no sabemos sonreír, vemos defectos en todo, todo nos molesta, no tenemos placer en nada. ¡Siempre nos falta el aliento! Y esta dificultad para respirar, de hecho, es la falta del estímulo de la presencia de Cristo en nuestras vidas. Respirando y rezando, somos bendecidos y vivimos de la manera abundante que Dios, Nuestro Señor desea. Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires) recibe un saludo, y mi deseo que Dios te Bendiga y prospere en todo lo que emprendas, y derramesobre tí, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad. Claudio Valerio
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