La cotidianeidad del conflicto armado mundial que aqueja entre Ucrania y Rusia y su prolongación hasta ahora incierta nos abre un espacio de reflexión sobre su génesis.
De su voluptuosa impronta – que algunos afirman improvisada – hasta la concentración militar en determinadas regiones ucranianas en favor histórico ruso y de una salida a la cual todavía sus principales participes no encuentran certeramente.
El ímpetu guerrero ha dado una atmosfera confusa al interior de la Federación Rusa donde señales equivocas sobre la real situación asemejan a esas escenas vietnamitas o más cercanas a nuestros lares aquellas enraizadas en el conflicto malvinero.
La verdad es la que mas pierde en una guerra dicen los veteranos estrategas y este dogma es la nueva moneda de hoy.
Una momentánea calma económica interna rusa acicalada por un doble tipo de cambio, uno oficial de acceso casi imposible para la población local, y el otro el ya harto conocido mercado informal o negro.
Si bien los excedentes superavitarios productos del alza de las materias primas y del proceso inflacionario mundial y la baja de la importación efecto de las sanciones recibidas dan lugar a un remanente monetario interno relevante pero su materialización dista de ser posible dado el aislamiento y las dificultades productivas.
La geografía económica rusa pronto se asemejará a la iraní de la década de los ochenta llamo a lugar a economistas memoriosos a que nos caractericen dicho proceso.
Mientras tanto los indicadores mundiales inflacionarios solo muestran la parcialidad en el aumento de los precios de los bienes y servicios siendo la otra cara la de las ganancias corporativas poco denunciadas pues sería escandaloso “informarlas “por los medios globales de comunicación.
El mismo deterioro del poder adquisitivo es funcional a la conformación de una conciencia reaccionaria nada mas afín a los apetitos políticos de la reacción mundial en desmedro de la Democracia y la división de poderes.
La emergencia de nuevos liderazgos que denuncian a la “Política “como el eje de todos los males y sus participes no son nada mas que orquestantes de un teatro bien planificado por los detentores del gran capital.
La necesidad de revertir la forma en cómo se concientiza a las sociedades debe ser mas prioritario que el avance estimativo sobre una mejora circunstancial de su poder adquisitivo.
La mejor enseñanza es la argentina que luego de un relativo periodo de mejora la balanza se inclino hacia el lado contrario y ahora es un esfuerzo contra reloj y cuesta arriba tratar de volver a un punto de partida todavía lejano.
Quizás ese esfuerzo sea en vano dada la generación del hartazgo político por parte de ingentes fuerzas reaccionarias.
Pero aun el país puede dar una sorpresa ante una frágil memoria política y una oposición inmersa en un maremoto internista que aun no ha tenido una resolución certera.
La emergencia del “Flautista de Hamelin “desconcierta a propios y ajenos mas la emergencia de un nuevo apetito de poder por parte del ex presidente.
El Peronismo puede pelearse que en es definitiva su reproducción, pero las palabras de su veterano líder resuenan siempre aun en los más acérrimos opuestos dentro de su movimiento.
Únanse sean mas hermanos que nunca dijo el General y parece que a pesar del ruido exagerado por la mediatización existen por debajo movimientos cautelosos hacia un proceso unifica torio que quizás deba pasar por la intermediación de una gran elección interna de cara a la sociedad y fuera del habitual rosqueo político.
Demos continuidad a la política en la Argentina.
Ezequiel Beer
Geógrafo UBA
Analista Político
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domingo, 22 de mayo de 2022
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