El conflicto desatado entre Ucrania y Rusia ha dado el puntapié inicial para al desenlace definitivo entre Occidente y Oriente.
Es por ello que su resolución dista de ser cercana lo que ha reconfigurado las relaciones al interior de Euroasia desde el plano energético principalmente como desde el plano político con el avance alineado hacia la OTAN de varios países que consideraban su desatención a los conflictos regionales como pasible naturalmente.
El avance del " oso " ruso cambio los planes.
El plano económico principal ha sido la disparada de los precios energéticos y de las materias primas empujando a un proceso inflacionario mundial sin precedentes bajo un contexto recesivo previo fruto de las consecuencias pandémicas.
La estanflación ha vuelto en escena un fenómeno lejano apaciguado décadas atrás.
La progresiva caída de la presencia estadounidense en el plano mundial y su retiro paulatino en los conflictos de Medio Oriente son en parte las causas de un repliegue regional apostando ahora su interés geopolítico en los países latinoamericanos.
Si bien no es una tarea sencilla dado el mosaico heterogéneo local la apuesta a debilitar un posible reforzamiento de las relaciones entre los dos principales países del Cono Sur - es decir Brasil y Argentina - y en particular ante un posible triunfo de Lula en pocos meses, hace mella con los acuerdos firmados por la Argentina con el FMI de revisiones trimestrales y de la presencia in situ de sus funcionarios en el país a lo que se suma la incorporación de un super ministro de notorias relaciones con el Departamento de Estado de los EEUU.
Meses atrás la presencia de la Comandante de las Fuerzas Armadas de los EEUU quien fuera reciba en el Senado de la Nación por la Vice Presidenta enmarca los pasos previos de los sucesos que hoy están a la vista de todos.
La necesidad de " estabilizar " por parte de Washington los bemoles argentinos ahora traen aparejados nutrir de dólares frescos las casi exiguas reservas del BCRA vía un nuevo mecanismo de endeudamiento externo.
La presencia de Daniel Marx en el todavía no completo Gabinete Económico es un signo inexpugnable de dicha operación al ser un experto conocedor del funcionamiento del sistema financiero internacional y de su rol decisivo tanto en las administraciones de Alfonsín, Menem y De La Rúa habiendo tomado la iniciativa hacia el llamado " Mega Canje " -
No obstante, ello, el precio de esta estabilización es lejano.
La historia reciente argentina demuestra que los intentos previos de contener el desenlace de una crisis - quizás esta sea la de mayor magnitud de los últimos 100 años - se enraízan en detener el gasto público en haras de la austeridad fiscal y la búsqueda de nuevos fondos frescos capaces de aplacar los apetitos del sistema financiero local.
El país en Septiembre debe llegar a nuevo compromiso monetario con el FMI que no es probable que pueda ser cumplido lo que implicara una nueva negociación del acuerdo.
Es por ello, la peculiar presencia del elenco estable financiero local en el Estado Argentino.
La lejanía de 17 meses para el cambio de mandato presidencial prefigura un escenario mas lleno de incertidumbres que de certezas pues la vertiginosidad del deteriorado escenario economico que prefigura una inflación real de casi el 100% para el año 2022 y de un inconmensurable endeudamiento en pesos por parte del Estado a lo que se suma la presión por otro nivel del tipo de cambio por parte de los generadores netos de dólares, hacen que cualquier determinación gubernamental tengo un costo muy lesivo para la poblacion en su conjunto.
El abanico propuesto implícito manifiesta ser desde una devaluación promedio del 40 % sobre el tipo de cambio oficial - sin descontar su efecto inflacionario inmediato - el " canje " de depósitos a plazo fijo por bonos o quizás la pesificacion de los depósitos en dólares vía también la emisión de bonos.
El efecto inmediato será la profundización negativa del humor social sobre todo de los todavía sectores medios y el incremento de mas del 10 % en el índice de pobreza en particular el que se mide por ingreso sin descartar el desencadenamiento de la ira popular de la cual nadie puede saber a ciencia cierta cual es su desenlace final.
Si bien los contextos son distintos el aumento del boleto del transporte publico en Chile desato casi un proceso revolucionario dando como resultado un presidente de menos de 40 años surgido de un centro de estudiantes universitario.
La Argentina sabe bien de rebeliones sociales y es por ello la duda del poder político de como y por donde avanzar sin que conlleve el cuestionamiento real del sistema por parte de la poblacion para diluirlo someramente en meros procesos electorales.
El ampuloso sistema de protección social se pondrá a prueba sobre todo por los niveles de organización de los referentes de los movimientos populares cuyo poder incluye en sus demandas la creación de un propio Ministerio dentro del organigrama del gobierno.
Cualquiera de estas dolorosas medidas impactara de lleno en esa franja poblacional que abarca al mas de 40 % de pobreza.
De su reacción nadie puede alumbrar una respuesta certera.
La Argentina lleva en su sello la palabra crisis desde hace unos 40 años acudiendo casi permanentemente a salvadores circunstanciales que solo han hecho demorar los efectos bien sabidos por todos.
La reformulación y renovación del sistema político es nuevamente el dilema de una sociedad producto del mecanismo de una ciclicidad que solo la conlleva siempre al mismo lugar.
Ezequiel Beer
Geografo UBA
Analista Politico
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lunes, 8 de agosto de 2022
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