¡Qué humano es querer ser reconocido! Y qué poco sobrenatural… Sería una pena que hiciéramos el bien con el secreto deseo de auto felicitarnos o de recibir la gloria de los demás.
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Es una necedad vivir de cara al público, intentar que se hable de uno mismo, inquirir qué opinión tienen. Además es fuente de sufrimiento y de envidia. Lógicamente haremos muchas cosas bien, para bien de los demás. Pero aunque no nos lo reconozcan, mejor si no lo advierten, no hemos de tener pena ni sentirnos humillados.
Quien intenta actuar bien, nada le tiene que importar lo que puedan pensar o decir los demás. Eso sí que deja paz en el alma; incluso aunque, procurando obrar bien, se haya actuado mal.
Hay un viejo proverbio que dice: “La verdadera sabiduría consiste en querer ser ignorado y tenido por nada, en poner su gozo en el desprecio de sí mismo”.
Entendamos que todo lo de esta tierra, sean bienes u honores, nada valen en comparación con poseer el amor, que se manifiesta no sólo para nuestra propia felicidad, sino que también en servicio, en hacer el bien, en ayudar eficazmente… No queramos ser los primeros, si no es en el amor.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires, Argentina), recibe un abrazo, junto a mi deseo de que dios te Bendiga y prospere en todo lo que emprendas, y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor, y mucha prosperidad.
Claudio Valerio (Valerius)
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martes, 19 de mayo de 2020
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