Las decisiones económicas del gobierno actual, bajo el dogma liberal, han generado más incertidumbre que certezas, afectando a todos los sectores de la comunidad nacional. Lejos de proporcionar seguridad, estas medidas parecen apuntar a una mayor apertura del mercado a favor de los inversores extranjeros, consolidando nuestra dependencia del capital foráneo. En ellas no se han abordado los problemas fundamentales del régimen financiero y el centralismo político, males que se arrastran desde 1861, con la primera experiencia liberal.
El paquete de decisiones adoptado no ataca de manera efectiva el núcleo del problema: el régimen financiero impuesto por el Decreto Militar de Entidades Financieras de Onganía-Videla, que ha contribuido al atraso y empobrecimiento, en particular, de la provincia de Buenos Ayres, arrastrando a la Argentina toda. Esta falta de voluntad política para cambiar estas anquilosadas y arcaicas estructuras económicas y políticas, así como la resistencia a descentralizar el poder, terminará perpetuando a la “casta” política. Una casta a la que se dice combatir y responsable de todos los males argentinos.
Otros de los principales obstáculos para la transformación de las estructuras políticas y económicas, es la Ley de Coparticipación Tributaria, que asfixia a las provincias y sus municipios. Es esencial que los economistas provinciales trabajen en un nuevo esquema de distribución impositiva y reglas que promuevan una Argentina verdaderamente federal, y que el poder político provincial impulse un nuevo sistema de distribución de recursos. El gobierno nacional debería colaborar estrechamente con los gobernadores, abordando problemas específicos y, éstos, comprometiéndose a trabajar en una nueva Reforma Constitucional donde el Estado nacional recupere la soberanía minera.
Por otro lado, la situación crítica de la Provincia de Buenos Aires, que es un país dentro de otro país, demanda atención urgente. La falta de atención al Conurbano y el desconocimiento de las autonomías municipal están llevando a los bonaerenses a un escenario de violencia sin retorno. Es imperativo abordar la cuestión social y brindar soluciones para evitar el fracaso de los esfuerzos destinados a estabilizar la economía y reducir la inflación que intenta impulsar el gobierno nacional. Tanto el gobernador, el Intendente de CABA y el Ejecutivo nacional deberán buscar una fórmula que les permita trabajar de manera conjunta para poner en pie a la provincia, la locomotora de empuje de la nación argentina.
La historia ha demostrado que los gobiernos liberales en Argentina resultan en empobrecimiento y sufrimiento para el pueblo, beneficiando a sectores concentrados y al mercado financiero. Este gobierno tiene la oportunidad de romper con ese bucle histórico, presentando propuestas centradas en la equidad, la descentralización política y el desarrollo sostenible de las provincias. El camino hacia un futuro próspero y con justicia social implica la colaboración entre el gobierno nacional y las provincias y éstas con sus municipios, así como el compromiso con una verdadera transformación estructural. La esperanza radica en que este gobierno sea la excepción a Mitre, Justo, Menem y pueda llevar a Argentina hacia un horizonte más prometedor, sin embargo, comenzó con el pie izquierdo.
Luis Gotte
Co-autor de "Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad" Ed Fabro, 2022. Y "Buenos Ayres Humana II, la hora de tus Intendentes" es preparación.
Mar del Plata.
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