Con el objetivo de promover la concientización sobre la importancia de prevenir, diagnosticar a tiempo y controlar la enfermedad de la Tuberculosis, La Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, explica la importancia de un tratamiento adecuado.
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La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa crónica producida por el bacilo de Koch, que se localiza generalmente en el pulmón, aunque puede afectar otros órganos.
A pesar de tratarse de una enfermedad prevenible y curable, durante el 2018 se notificaron 11.670 casos y 720 muertes en el país. Estas cifras alarman y deben ser incentivo suficiente para generar las acciones necesarias para disminuir y lograr la desaparición de las fuentes de infección, incrementar las tareas de detección temprana y el control del seguimiento de todas las personas que estén bajo tratamiento.
“Es un problema de salud pública que nos aqueja a todos no solo por la cantidad de casos que se presentan con tuberculosis, sino también por la mortalidad que genera la misma. Asimismo, es esencial considerar los factores sociales y sanitarios, que son determinantes en la aparición de esta enfermedad” destaca la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC - servicio de cobertura médica líder en seguridad social.
Existen dos tipos de tuberculosis: pulmonar, —que es la más frecuente y representa alrededor del 80 al 85% del total de los casos—, y la extrapulmonar, —que afecta a otros órganos del pulmón como la pleura, ganglios, aparato genitourinario, columna, entre otros.
En el primer caso, la persona presenta signos respiratorios como tos seca o productiva, expectoración con o sin hemoptisis, dolor torácico y síntomas generales como anorexia, astenia, adinamia, sudoración nocturna, pérdida de peso y a veces fiebre prolongada. Para evitar la propagación del mismo, el paciente debe comenzar el tratamiento específico.
El contagio de la enfermedad se produce de persona a persona, cuando se desprenden pequeñas gotas de saliva que contienen bacilos al toser, hablar o expectorar, teniendo relación con las características del ambiente y la frecuencia y duración del contacto.
Respecto al tratamiento, en la mayoría de los casos será ambulatorio, y los pacientes tendrán excelentes resultados cumpliendo estrictamente con las indicaciones de los profesionales que los supervisen.
Siempre que se detecta un caso, el equipo sanitario evalúa al resto de los convivientes, para realizar las acciones que sean necesarias —vacunación, quimioprofilaxis, etc— según el caso.
En Argentina, desde el año 2007, el Calendario de Vacunación oficial contempla la dosis BCG al recién nacido. “La mejor forma de prevenir esta enfermedad es a través de la aplicación de la BCG, que protege contra la tuberculosis, y es efectiva y segura para prevenir las formas severas de tuberculosis. La vacuna debe administrarse al nacimiento antes del alta sanatorial, siempre que el peso del recién nacido supere los 2kg; todo paciente que recibió la dosis de BCG al nacimiento -con o sin cicatriz- y está documentada en el certificado de vacunación, no tiene indicación de revacunación” concluye la doctora El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
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jueves, 25 de marzo de 2021
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