¿Todo por una cena?

Qué ciega tanto a algunos argentinos que pretenden convertir en pecado una cena en familia? Acaso no saben que durante el confinamiento más duro había IFE, y otros programas, que permitieron que en toda Argentina todos los que estaban muriendo de hambre pudieran al menos poder cenar en familia? Y mismo a los que no tenían chance de hacerlo? Qué es lo malo que ven en una cena familiar sobria donde no hubo, ni faisán, ni Don Perignon para brindar, habiendo tanta gente pasando necesidad? {loadmodule mod_pwebbox,FACEBOOK} Por qué les cuesta tanto entender que cenar, y estar en familia, es un derecho que tenemos todos, con los cuidados que todos adoptamos por el covid; y alguien que se ocupa de 45 millones de argentinos, con todo el esfuerzo y trabajo que eso implica, tiene derecho a pasar, cuando puede, un momento ameno, sentarse un rato y comer? Me cuesta creer que quieran que alguna persona, sea quien sea, no deba poder sentarse a comer. Sea quien fuese, tenga el cargo que tuviese. Si alguien entiende porque está mal alimentarse, por favor les pido que me expliquen, porque no lo entiendo. Porque creo que una persona que se sienta a comer, luego de asegurarse de hacer todas las gestiones urgentes para que los 45 millones de argentinos lo hagan, tras poner su voluntad en tratar de evitar que mueran de hambre o por Covid, ocupándose prioritariamente del 70 por ciento de la población total (y del resto), dado que ese porcentaje era el que que estaba en mayor riesgo social y sanitario, tiene derecho a comer tranquilo con sus seres queridos íntimos. Todos deben poder trabajar y luego sentarse a comer aquí, en Argentina y en el mundo... Si son de buen corazón creo que podrán entender mi perplejidad frente a un ataque mediático tan ilógico. Por Miriam Mancini
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