Nuestro cerebro pierde agilidad, no por la edad, sino que por falta de uso.
Es prácticamente un hecho que, para muchas personas, comenzamos a padecer pequeños olvidos que, a una determinada edad, nos llegan a afectar nuestra vida… ¿Porque nos ocurren? Digamos que esto nos produce un poco de ansiedad pues, con terror, pensamos que nuestro cerebro comenzó a desgastarse, a convertirse en algo “gelatinoso” y nos preocupa el hecho de dejar de a acordarnos de lo que hicimos hoy o ayer, pero recordamos con lujo de detalles hechos osituaciones vividas durante la niñez.
Si esto nos ocurre, hay esperanza; no tenemos de que preocuparnos.
La falta de memoria, equivocadamente, se la relaciona con la edad de las personas; existen muchos mitos sobre esto que hay comenzar a desterrar.
Científicos del área de neurología han comprobado que, esto último, no necesariamente es así, porque en el cerebro de los adultos las células también se regeneran y la pérdida de memoria no se debe a que las neuronas se mueran, o a la edad, al contrario de lo que se pensaba, sino que se debe a la reducción del número dendritas (pequeñas ramificaciones que salen del cuerpo celular, o sea unas “ramas” de las neuronas) las que reciben y procesan la información provenientes de otras células nerviosas.
Esto sucede por una muy sencilla razón: ¡La falta de uso! Así como un músculo se atrofia por no usarse, también las dendritas se atrofian si no se las usa (conectan) con frecuencia y, con esto, la habilidad para el procesamiento de nueva información del cerebro, se va reduciendo.
Para evitar que esto ocurra, hay medicinas específicas y vitaminas que aumentan la mentada transmisión y fortalecen la memoria; el ejercicio ayuda mucho a alertar la mente.
Sin embargo, nada como hacer que Nuestro cerebro puede fabricar su propio alimento, que son moléculas que producen y secretan las células nerviosas y se las conoce como neurotrofinas; éstas actúan como alimento tanto para ellas, como para la comunicación entre las (sinapsis). Cuanto más activas y saludables estén las células del cerebro, mayores conexiones entre las distintas áreas del cerebro habrá. Esto se consigue sacando a las neuronas de su rutina, por lo que se las debe sorprender con divertidas e inesperadas novedades y emociones, presentadas a través de la vista, el gusto, del olfato, el tacto, y el oído; jugar ajedrez, armar rompecabezas, resolver crucigramas, etc. Con todo esto el cerebro se torna más ágil, se vuelve más flexible y, así, su capacidad de memoria aumenta.
La mayoría de nosotros llevamos a cabo el transcurrir de nuestra vida dentro de una serie de rutinas: trabajo, lectura, ejercicio y otras; esto nos hace pensar que nuestra mente debe estar muy estimulada. Pero en verdad es que el cerebro funciona en piloto automático, requiere un mínimo de energía y estas experiencias pasan por las mismas rutas neuronales, formadas tiempo atrás; con estas actividades no hay producción de neurotrofinas. Las actividades rutinarias son inconscientes... Hagamos diferentes rutinas en la mañana, a la hora en la que comemos, cuando vamos camino al trabajo, o de regreso a la casa. Cambiemos el tiempo que pasamos viajando o paseando en el auto, el tiempo dedicado a ver televisión y los programas en sí. Pensemos en nuestro día o semana promedio, y no la hagamos rutinaria.
Algunos simples ejercicios que agilizan sustancialmente las neuronas del cerebro son:
a- Darle más uso a la mano no dominante.
b- Bañarse con los ojos cerrados y valernos del tacto para todo lo que ello implica.
c- Cambia las cosas de lugar para alterar los mapas posicionales que el cerebro ya construyó.
d- un mapa. Por ejemplo, cambia el lugar del pote de la basura; verás la cantidad de veces que tirarás el papel al viejo lugar.
e- Cambia las rutas para ir a nuestra casa, al trabajo, etc.
f- Leer en voz alta hace que se activen otros circuitos además de los que usamos para leer en silencio.
g- Hacer cosas diferentes, experimentar lo inesperado; conocer personas diferentes y charlar con ellas; caminar, etc.
h- Aprender algo nuevo; sea un nuevo idioma, cocina, fotografía, yoga; cualquier cosa puede servir para aprender.
Ejercitemos nuestra mente y, así, se verá ampliada nuestra memoria
(Fuente consultada: Centro Médico de la Universidad de Duke, área neurología (Durham, Carolina del Norte, USA).
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
®. Valerius
http://dlvr.it/Shtx1c
viernes, 3 de febrero de 2023
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