Sobre sábanas confortables
doy tregua a mi apacible día, 
evoco en mi plegaria tu sol,
tu indigno suplicio, 
tus aterradores anocheceres,
y empieza mi mal sueño.  
Vine hasta aquí a saber de ti,
a escuchar tu nombre, 
y ante mi turbación, 
los edificios se desmoronan, 
las paredes caen en pedazos
por tus plazas y calles, 
los cristales se hacen añicos 
y tu cielo vomita ráfagas 
mortíferas de fuego. 
Quién lanza misiles de poder 
sobre tu vida cotidiana, 
sobre tu simiente 
e ideología errática o sabia; 
quién puede juzgarte
con la insidia de una fiera, 
quién lanza la primera piedra, 
quién te acribilla, 
te ametralla con balas de odio,
bocanadas de inconcebible repudio. 
Vine hasta ti, a comprenderte, 
estrechar tu mano con la mía,
te busque entre los escombros 
ensangrentados, 
no estabas, 
no encontré ni tu osamenta 
ni palpé tu rostro 
entre los cuerpos mutilados,
irreconocibles e inertes. 
Y me quede imaginándote, 
radiante como esperaba verte,
lleno de luz, sonriente, charlando; 
más sólo hallé tu esencia ultrajada, 
vejada por la infamia agresora 
que bajo la mira horrorizada 
del mundo entero te castiga, 
se regocija en su vaho de codicia,
inverosímil, irracional, maligno 
que arrasa con los pueblos. 
Vine hasta aquí, no supe tu nombre 
ni conocí a tus hijos, 
y me quede perpleja entre gemidos,
sin lograr salir de mi mal sueño,
de mi pesadilla, de tu pesadilla. 
Entre páginas perforadas, rotas
por la ignominia desalmada,
al ritmo del disgusto de mi tinta 
que aflora desde adentro, 
muy adentro por este mal sueño,
sin conocerte te deje impreso
por estos días de muerte, 
de apocalíptica, terrible pesadilla. 
®2024 Oralia López Serrano 
(Escritora y poeta mexicana)
http://dlvr.it/T75VXZ
domingo, 19 de mayo de 2024
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