Asistimos a la emergencia regular de crisis coyunturales que a pesar de ello distan de considerar las condiciones reales de desarrollo del país.
La recurrencia del fenómeno inflacionario - de múltiples raíces de origen - y las sucesivas devaluaciones monetarias que decaen el poder adquisitivo real de la población sumergiendo a una gran parte dentro del universo de la pauperizad y la pobreza.
La merma significativa de recursos propios del Estado y su implicancia en la acumulación de reservas y del destino presupuestario de los recursos hacen de la aceleración de la emisión monetaria un síntoma lo que conlleva a la deformación del sistema de precios que atento a este faltante se cubre del mismo tanto por una cuestión de costos como de ganancias.
Si bien existen márgenes gananciales en el mercado elevadamente superiores al mismo índice inflacionario y al nivel medio ganancial mundial se socita la necesidad de contar por parte de los distintos organismos del Estado de mediciones estimativas de la formación general de los precios algo que hasta casi los albores de los años 90 existió.
Los acuerdos de precios pueden favorecer una atenuación del fenómeno inflacionario pero son afectos a cuestiones políticas coyunturales que hacen que los mismos puedan perder validez futura.
Por otra parte un verdadero sistema de competencia que pueda también incorporar mercancías de origen externo para atenuar el fenómeno es algo que también puede ser compelido.
El contexto externo fruto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y su correlato sobre los precios de la energía y las materias primas no dan una señal positiva al respecto pero en estas dos materias la Argentina es auto suficiente y por lo tanto podría tener una política de precios internos o desacoplados externamente manteniendo un esquema regulador del comercio externo que evite falencias dentro de nuestro mercado.
Los elevados compromisos financieros externos asumidos son un condicionante en materia de disponer recursos libres para el desarrollo interno pero si existiera la posibilidad de ampliar la masa productiva siendo su oferta de alta demanda externa permitiría contar con recursos no solo para atender dichas obligaciones sino para volcarlos en inversión publica.
Invitar a la inversión externa bajo condiciones de seguridad y confianza en un mundo donde circulan permanentemente ingentes recursos financieros puede llegar a ser una de las palancas claves para dar comienzo a un sendero de mayor virtuosidad.
La caracterización geográfica argentina consecuente con un cumulo de recursos no solo naturales sino humanos en un espacio pleno a ser desarrollado territorialmente y manifestarse sin conflictos externos como tampoco de xenofobia local hacen de este terruño uno de los espacios favoritos de desarrollo del Siglo XXI.
El elevado índice de pobreza y marginalidad podrá ser paulatinamente disminuido por la puesta en marcha de las palancas de desarrollo interno al compas del destino ambicioso de recursos económicos y humanos para elevar los niveles educativos de una gran parte de la población local que no ha podido finalizar sus estudios secundarios o quizás primarios.
No es solo una cuestión de instrucción educativa sino que una sociedad que eleve sus niveles educativos será pasible de ser considerada de mayor estirpe en sus valores ciudadanos y democráticos alejando la apatía, la anomia y morigerando el conflicto social.
Las tendencias mundiales que enfatizan lo tecnológico en desmedro del trabajo humano en un país de características de semi desarrollo y que a su vez puede continuar protegiendo su propio mercado quizás no sean determinantes y se posibilite a muchos argentinos su ingreso al mercado laboral formal.
Llevara un tiempo considerable la reformulación de una basta masa poblacional que durante varias generaciones fueron asistidas por la accion estatal pero debemos tomar el desafío de ir por otra cultura laboral y otros estímulos y habilidades que de seguro podremos dar vuelta la hoja a fenómeno crónico que en el fondo nos desmoraliza como argentinas y argentinos.
La posibilidad de comenzar - o retomar - un camino distinto puede lograrse si la ciudadanía encuentra en las distintas expresiones políticas aquellos que puedan conectar las demandas de la sociedad con los principios rectores de un Estado.
Ezequiel Beer
Geógrafo UBA
Analista Político
http://dlvr.it/SmZ36x
domingo, 16 de abril de 2023
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