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viernes, 4 de agosto de 2023

Orígenes de la recreación histórica civil Argentina

Desde pequeña siempre me ha gustado la Historia. Pertenezco a familias que son parte de la Historia del Río de la Plata. Las casas de mis abuelos respiraban Historia. Crecí con anécdotas varias y miraba objetos con su propia historia. Con los años, aprendí y me interesó también la historia mundial. La de Argentina. Cómo empezó, cómo se desarrolló, etc. Leía mucho, miraba documentales, afortunadamente mis padres eran amantes de los libros y mi abuela paterna me enviaba libros siempre y fomentaron la lectura y mi capacidad de raciocinio. Con los años, conocí el foro de la Sociedad Victoriana Augusta de España, y fue lo que siempre quise, sólo que no sabía darle forma. Aprendí mucho en ese foro y en 2009, decidí crear la filial argentina de la Sociedad. Hasta entonces la Sociedad sigue existiendo y ya se ganó su reputación, y fue la primera agrupación de recreación histórica civil argentina (ya había otros grupos de recreación histórica orientadas a lo militar y soy muy acotados temporalmente). En cambio, la Sociedad recrea de 1790 a 1919. Para poder recrear otros períodos fuera del que realiza la Sociedad, y por los cuales nos han convocado también, se creó la Sociedad Histórica del Río de la Plata, que recrea desde la Conquista (s. XVI) hasta bien adentrado el siglo XX. La SVAA (Sociedad Victoriana Augusta Argentina) investiga, analiza y recrea la sociedad, cultura, costumbres de la sociedad argentina. Se aclara que es un mero análisis, sin juicios de valor, no hacemos apología de nada de la época, se entiende que los pensamientos, corrientes, costumbres son parte de la mentalidad de la época y no tiene ningún sentido juzgarlos. Lo que nos importa es mantener nuestra propia identidad, nuestra cultura, entender sus orígenes, el porqué de las cosas, vemos todos los estamentos sociales, todo lo que es nuestro patrimonio, tanto tangible como intangible. Seguimos recopilando y difundiendo la información, y por eso mismo, colaboramos activamente con los museos nacionales y municipales. Colaboramos con el Cabildo, el museo Nacional del Traje, el museo Santa Felicitas, el museo nacional de artes decorativas, el Beccar Varela, el Fernández Blanco, etc; y también colaboramos en eventos organizados por el GCBA como la fiesta de San Martín de Tours, que se hacía desde tiempos de la Conquista hasta 1810. Lamentamos ver que poco y nada quedó del patrimonio edilicio de la Ciudad y es importante difundirlo, para cuidarlo más. Todo eso es parte de nuestra memoria. Lo que desaparece, desaparece de la memoria. Se desdibuja nuestra identidad. No podemos permitir eso. La Sociedad colaboró con la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y de Bienes Históricos, y hemos estado presentes en la ex Confitería del Molino y nos alegra ver su restauración, así como también en la Ideal. Hay que trabajar a nivel nacional y a eso aspiramos. También colaboramos con la Dirección Nacional de Museos y deseamos seguir estrechando la colaboración, siempre pensando en la difusión de nuestra historia y cultura. Para realizar los trajes, investigamos en varias fuentes, material de museos, bibliografías y se intercambia información con otros recreadores de varios países para corroborar información Siempre seguimos estudiando, deshacemos y rehacemos, estudiamos el contexto y los objetos. La cultura en torno a ello. Cómo pasó a ser costumbres. Nos encontramos con mucha desinformación y mitos, y por ello, trabajamos para rehabilitar nuestra historia. Tenemos el estilo Imperio, que se usó desde 1790 hasta aproximadamente 1825, y con este estilo vemos que la realidad no se utiliza en los eventos patrios y trabajamos para restaurar este período y combatir la desinformación, habiendo fuentes y material expuesto en los museos. También trabajamos explicando que el peinetón y mantilla no se usaba tampoco en ese período: la mantilla únicamente se usaba en misa. Aquí en 1800 no hay evidencias de peinetones y no se usaba el estilo español. Únicamente se utilizaron peinetones gigantes por la década de 1830, en los tiempos de la Confederación Argentina de Juan Manuel de Rosas. Estudiamos los daguerrotipos, por suerte tenemos un buen archivo de daguerrotipos gracias a coleccionistas y así podemos estudiar el entorno, vestimenta y objetos cotidianos. Las pinturas también ayudan en ello. En los tiempos de la Confederación, los hombres leales al federalismo usaban la divisa punzó y las mujeres lo manifestaban en ropajes y accesorios rojos. El luto se observaba rigurosamente. En 1850-60 se empezó a usar la crinolina (el error de “dama antigua de 1810” es usar el anacronismo de la crinolina sabiendo que se usó décadas más tarde). También atacamos el concepto equívoco de “dama antigua”, pues esa mera referencia puede tratarse de cualquier mujer del Imperio Persa, Roma, medieval, renacentista… Debemos ser categóricos y específicos. Aquí se llevó la moda europea, pero a nuestra usanza: los bonnets en 1800 no se usaban, más sí desde 1840, al dejarse de usar los peinetones, igual no era de uso tan difundido como sí el rebozo, el mantón que cubría cabeza, hombros y pecho. Siempre hubo palpable diferencia entre las clases sociales, y las pinturas y fotografías lo demuestran y hacemos las prendas según los tejidos utilizados. Usamos patrones de esas épocas y adaptamos a nuestras medidas. No es fácil conseguir todos los elementos, pues mucho se ha perdido o es muy caro. Vivir en estas latitudes tampoco ayuda mucho, pero aun así logramos cultivar una reputación y respeto en muchos sitios. Es intención del grupo seguir trabajando en nuestra Historia, patrimonio, cultura. Seguir trabajando a nivel nacional y compartir más lazos internacionales. Por Evangelina A. Ledesma Bussoli (Lic. en Psicología y Mg en R.R.H.H.)
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