Aunque es reconocido por sus fortalezas medievales, extensos glaciares y grandes lagos cristalinos, en lo que respecta a su economía, Austria es un país industrializado con un mercado nacional pequeño y depende mucho del comercio exterior. El año pasado, su cuota de exportación de productos y servicios se situó en un 45% del PIB, convirtiéndose en la economía número 43 en exportaciones totales; mientras que la cuota de importación fue cercana al 50% del PBI (cayendo un 4,7% respecto al año anterior) y ubicándose en el puesto 141 del ranking.
En este sentido, Argentina ocupa el cuarto lugar de los mercados de consumo austríaco en Latinoamérica, alcanzando en 2023 un récord de USD 278 millones en bienes intercambiados. “Con excepción del 2020, momento en que el comercio fue el menor de los últimos 15 años (USD 146 millones), importando mayormente componentes médicos, luego se mantuvo en aumento constante, hasta alcanzar el año pasado el punto récord”, comenta Fernando Fucci, Managing Partner & IBC Director de Grant Thornton Argentina.
Verticales con margen de crecimiento exponencial
Como uno de los principales proveedores de cuero y curtido de pieles, nuestro país representa más del 50% de las importaciones de Austria en este rubro. La calidad y posicionamiento del producto nacional en el mercado internacional y la dependencia de la oferta externa de la moda austríaca son factores que llevaron a que se exportara un total de USD 3 millones en 2023.
Por otra parte, el ítem “motores de émbolo pistón alternativo de encendido por chispa y motores rotativos, de encendido por chispa motores de explosión”, incluido dentro del grupo de bienes del capítulo 84 de la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM) “Reactores nucleares, calderas, máquinas, aparatos y artefactos mecánicos; partes de estas máquinas o aparatos”, también destacó el año pasado con un despacho de USD 1.3 millones.
Al respecto, el ejecutivo de Grant Thornton Argentina destaca: “aunque la industria automotriz y metalmecánica de Austria está muy relacionada con la de Alemania y otros países de Europa, como Italia o Países Bajos, la excelencia de los productos argentinos han sabido encontrar un mercado. Sin embargo, gracias a las tecnologías limpias y los recursos minerales clave para la producción de automóviles eléctricos (como el litio), en los próximos años, las empresas argentinas podrían pisar más fuerte, no sólo en Austria, sino en toda la industria autopartista.”
El sector de las ciencias de la vida
“A pesar de tratarse de un mercado compuesto, mayoritariamente, por pequeñas y medianas empresas, -incluso algunas son emprendimientos familiares-, las firmas austríacas se destacan por un alto nivel técnico y científico, son reconocidas por su altísimo cumplimiento de estándares de calidad”, resalta Fucci.
Rueda de la economía austríaca y representantes al 99.6% de las compañías del país, las PyMEs generaron en 2022, ventas netas por más de 532 mil millones de euros. Los principales sectores industriales son: máquinas e instalaciones, coches y piezas para coches, hierro, acero y productos de metal, alimentos y bebidas, productos médicos y farmacéuticos.
“A pesar de esta particular composición, muchas de ellas tienen proyección internacional. Este es el caso de la industria de las Ciencias de la Vida, donde Austria se destaca como un jugador clave por su desarrollo biotecnológico. Ya sea en lo respectivo a la optimización de procesos industriales -biotecnología blanca- o en lo relacionado con la medicina y la industria farmacéutica – biotecnología roja-”, agrega Alejandro Chiappe, socio de Advisory Services de Grant Thornton Argentina y referente de la industria de Life Sciences.
Es en la biotecnología roja donde la industria argentina podría encontrar mercado a través, no solo del comercio de reactores nucleares, calderas, máquinas, aparatos y artefactos mecánicos; sino también con la Economía del Conocimiento (EBC). “El talento argentino relacionado a este campo podría potenciar los desarrollos austríacos y posicionar a la Argentina en el mundo de las Ciencias de la Vida. Por ejemplo, en el país se desarrollaron vacunas contra el dengue y el melanoma y las empresas austriacas están investigando en el ámbito de estas enfermedades, por lo que la EBC nacional sumaría un valor significativo”, concluye Chiappe.
Minería y agro, otras oportunidades de expansión del mercado
Siguiendo a la producción automotriz, la industria minera argentina podría abrirse camino en el mercado austríaco, a través del complejo oro (NCM), allanando la vía para posicionarse, en un futuro, con el litio y otras fuentes de energía y tecnologías verdes.
Gran comprador de oro platinado, en bruto, semilabrado o en polvo, durante 2022 Austria importó USD 6.4 millones, un 23% más que en 2021. Como conveniente contraparte, Argentina es un gran exportador. En 2022 vendió USD +2 millones en oro para uso no monetario en bruto, siendo el metal con más ventas externas del sector minero.
Por otra parte, en lo que respecta al agrobusiness, el Estado austríaco tiene un especial interés por restringir la oferta de productos de menor calidad, no naturales ni saludables: el 27% de la superficie cultivable del país es agroecológica y el cultivo de alimentos transgénicos está prohibido. El visto bueno de Austria a los estándares argentinos para la producción orgánica podría ser un punto de partida para el intercambio frutihortícola y de otros productos de origen animal o vegetal producidos de forma sustentable.
“Si bien, la demanda austríaca interna de alimentos puede cubrirse casi en su totalidad, Argentina tiene la capacidad de posicionarse como principal proveedor en varios rubros. Actualmente, es proveedor de miel natural (USD 0,49 millones) y satisface entre el 8 y 10% de la demanda de carne deshuesada de bovinos”, resalta Fucci. “Mejores acuerdos y políticas bilaterales podrían fomentar el intercambio y llevar más allá a las economías regionales de Argentina”.
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