Tu despedida fue fulminante; hemos perdido la intensidad de tu mirada y el escuchar tus palabras decisivas… Tristeza desataste.
Por intermedio de las brasas, esa pasión que nos unía, nos hemos conocido; muchos de nosotros, asadores como vos, recordaremos esas gratas charlas que nos hemos dispensado; a través de ellas tú pudiste conocernos, y nosotros a ti.
Estimado Enrique. Tener tu amistad fue un bello regalo de la vida para todos quienes te conocimos; te vamos a extrañar… Los mejores actos, las mejores palabras, los mejores regalos son aquellos que salen del corazón; y el tuyo fue grande... Nunca te olvidaremos.
Claudio Valerio
Asociación Argentina de Asadores
http://dlvr.it/T2WlGH
viernes, 9 de febrero de 2024
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