Uno de los errores históricos fundamentales fue la rápida supresión del Cabildo (el del Buen Ayres y el de Luján) como la primera experiencia de gobierno local en la provincia. Esta decisión, tomada en un contexto de cambios políticos y tensiones sociales, privó a los bonaerenses de una institución clave para la representación y la administración local. La ausencia de una estructura de gobierno sólida contribuyó a la falta de cohesión y organización en la provincia.
La elección de la ubicación de la capital provincial, La Plata, fue otro de los graves errores cometidos. Al establecerla cerca de la capital nacional, se creó una concentración de poder que desequilibró el desarrollo regional y contribuyó a la centralización excesiva en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Esta centralización ha generado desafíos significativos en términos de infraestructura, servicios públicos y oportunidades económicas para las regiones fuera de esta metrópolis.
Además, la persistencia de legislaciones heredadas de la dictadura militar ha generado tensiones y limitaciones en el desarrollo político y social de la provincia. Estos decretos de ley, 3217 dictados durante los cuatro períodos de facto, diseñados para imponer control y restricciones, han obstaculizado la capacidad de la provincia para adaptarse a nuevas realidades y desafíos.
Otro aspecto crítico es la falta de representación bonaerense en el gobierno provincial. El hecho de que la mayoría de los gobernadores (70%) no nacieron en la provincia de Buenos Ayres ha generado un sentimiento de desconexión y ausencia de legitimidad entre la población. Esta situación ha exacerbado los problemas de organización y gobernabilidad en la misma, por desconocimiento y falta de interpretación de las necesidades del bonaerense.
Ante estos desafíos, es evidente que se requieren medidas políticas urgentes para abordar las deficiencias estructurales y promover un desarrollo equitativo y sostenible de la provincia. Entre las acciones necesarias se encuentran:
.- Reforma Institucional, es fundamental establecer estructuras de gobierno local sólidas que promuevan la participación vecinal y de representación efectiva. Restaurar instancias como lo fue Cabildo virreinal o desarrollar nuevas formas de gobierno local puede fortalecer la democracia y la gobernabilidad en la provincia.
.- Descentralización, permitiendo la redistribución del poder y los recursos fuera del Área Metropolitana de Buenos Ayres para fomentar el desarrollo regional equilibrado. Esto implica invertir en infraestructura, servicios públicos y oportunidades económicas en todas las regiones de la provincia.
.- Reforma Legislativa, es necesario revisar y modificar las leyes heredadas de la dictadura militar para adecuarlas a los principios democráticos republicanos y federales. Esto incluye garantizar la participación vecinal, a través de una representación más auténtica, en la elaboración de nuevas leyes y políticas que reflejen las necesidades y aspiraciones de la población bonaerense.
.- Representación Local, promoviendo la elección de gobernadores propiamente bonaerenses para garantizar una mayor conexión y legitimidad con la población. Esto puede lograrse a través de reformas electorales que fomenten la participación de candidatos locales y la diversidad regional en los Ministerios en el gobierno provincial.
La provincia de Buenos Ayres enfrenta desafíos significativos derivados de errores históricos y estructurales. Sin embargo, con medidas políticas audaces y comprometidas, es posible superar estas dificultades y constituir un futuro más justo, próspero y democrático para todos los bonaerenses.
Luis Gotte
La pequeña trinchera
Co-autor de "Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad" Ed Fabro, 2022; y "Buenos Ayres Humana II, la hora de tus Intendentes" 2024.
Mar del Plata
luisgotte@gmail.com
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