La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) pide a las autoridades políticas del país que preserven a las instituciones nacionales de las disputas personales y políticas para que la Argentina pueda retomar un sendero razonable de crecimiento e inclusión.
Asistimos hoy a un triste espectáculo en el que las reglas básicas para la convivencia institucional de nuestro país se fuerzan al punto de caer en una manipulación artera, tendiente a buscar ventajas partidarias y horadar organismos fundamentales para la consagrada independencia de poderes, como es el Consejo de la Magistratura. Los empresarios cristianos no podemos ser meros espectadores mientras se intentan impulsar intereses personales a costa de dañar nuestras instituciones.
Respetar las instituciones es apostar por el desarrollo del país, es buscar caminos para salir de décadas de estancamiento, baja generación de empleo y profundización de la desigualdad. Si queremos verdadera inclusión y desarrollo sostenible a partir del trabajo decente, tenemos que empezar por respetar las reglas de juego y asegurar una justicia independiente en beneficio de todos.
Como argentinos nos debemos gestos de grandeza y de amistad social, que nos lleven a superar el agravio, la descalificación y los enfrentamientos estériles y nos permitan fortalecer lazos de pertenencia.
Entendemos que la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones de la Constitución. Por eso apelamos a la responsabilidad institucional de todos los actores políticos para que las disputas en Argentina se diriman dentro del marco de la ley, la transparencia y una ética profunda que ponga por delante el bien común por sobre el interés electoral o particular.
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