La reciente decisión del joven presidente chileno de no adjudicar las credenciales diplomáticas al embajador israelí pone de manifiesto una serie de aristas que es conveniente dilucidar aquí.
El supuesto carácter " anti imperialista " de su Gobierno y la presencia de una amplia comunidad árabe en Chile pudo obrar en dicha medida a lo que se suma - según la prensa local - la solidaridad humanitaria con la cuestión palestina.
Pero veamos el accionar histórico de su principal vecino en relación al conflicto árabe - israelí.
Argentina siempre abogo por la paz en Medio Oriente y por el establecimiento de dos estados como medida superadora al conflicto dominante en dicha región.
Paralelamente - y a pesar de haber sufrido el mayor atentado terrorista luego del Holocausto - tiene en su haber un presidente de origen netamente árabe y una serie de gobernadores tanto de ese mismo origen como también judío.
De hecho, el actual gobernador de la principal provincia argentina es de origen plenamente judaico.
Nuestro país - creo que en toda su historia - nunca negó un plácet diplomático y hasta mantiene relaciones efectivas con las autoridades de la Autonomía Palestina actualmente.
Pero resulta paradójico que - desconozco - si el joven trasandino haya emitido algún comentario sobre las pérdidas humanas sufridas desde la creación del Estado de Israel o la Guerra de los Seis Días - donde se combatió simultáneamente contra varios adversarios - o los sucesivos atentados terroristas contra la población israelí perpetrados por la Agrupación Hamas.
Quizás - espero equivocar - se desliza cuales seria la orientación geopolítica chilena hacia socios de la talla de Irán, Líbano u otros de carácter abiertamente antisemita y que operan por fueran del cauce natural de las relaciones diplomáticas internacionales.
Eso dará como efecto un mayor aislamiento internacional de Chile como si en el medio de una situación post / pre revolucionaria interna le faltara un conflicto a resolver.
Algunos analistas locales indican que un fracaso del gobierno de Gabriel Boric invitaría a pensar un round ya no neoliberal sino ultra derechista que también puede abrigar biros anti semitas.
¿Ante la multiplicidad de problemas que debe encausar el gobierno chileno - sin ir mal lejos un sistema educativo privatizado y un enorme cumulo de estudiantes endeudados - con respecto a acentuadas demandas sociales era necesario abrir este frente político internacional?
En particular luego del revés electoral sobre el referéndum constitucional que abre un nuevo proceso deliberativo entre las fuerzas políticas siendo la propia ciudadanía chilena en espera de un modesto porvenir.
Señor Presidente de Chile los tiempos de la tarima universitaria ya son parte de su pasado ahora debe estar a la altura de un estadista para dar las necesarias respuestas a un gobierno que ha alimentado tantas expectativas.
El desencanto ciudadano puede estar a la vuelta de la esquina con consecuencias desconocidas para un país que desde ese fatídico 1973 no deja de sufrir las secuelas de un modelo político, económico, social y cultural que lo ha desbastado como integridad.
Mejor abóquese a re establecer una verdadera cohesión interior y no a tratar de incidir sobre un conflicto que le lleva mas años de lo que presenta.
Ezequiel Beer
Geógrafo UBA
Analista Político
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sábado, 17 de septiembre de 2022
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