En Argentina, los tratamientos para la transición de genero están incluidas en el Plan Medico Obligatorio y deben estar cubiertos en todo el sistema de salud.
Cada 31 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Visibilidad Trans. Esta fecha es impulsada desde 2009 por Rachel Crandall, activista y fundadora de Transgender Michigan, con el objetivo de revindicar los derechos de las personas que forman parte del colectivo trans en el mundo, como así también de reconocer sus valiosas contribuciones a la sociedad.
Las personas transgénero son aquellas que viven, sienten y manifiestan una identidad de género diferente al sexo que se les asignó al nacer. En Argentina, con la promulgación de la Ley 26.743 de Identidad de Género, cualquiera puede elegir cambiar de género de manera social, legal y médica. La norma no solo le permite personas trans, travestis y no binarias cambiar su nombre, foto y sexo del DNI, sino que las reconoce como como sujetos activos de derecho, incluyendo el derecho al acceso a la atención sanitaria integral. De esta manera, desde 2012, la Ley de Identidad de Género garantiza a la comunidad trans el acceso a todas las prestaciones de salud del Plan Médico Obligatorio (PMO) y se incorporan al mismo los tratamientos para reafirmar el género. Estas prestaciones deben ser cubiertas al 100% en todo el sistema de salud público, obras sociales y prepagas.
Es muy importante destacar que la transición de género es un proceso único y personal que varía en cada caso. Hay quienes no tienen intenciones de modificar su cuerpo y, a su vez, quienes si lo desean no siempre buscan los mismos resultados. Cada persona es única y tiene sus propios objetivos, expectativas y necesidades en torno a la construcción de su corporalidad, por lo que es fundamental respetar y apoyar su proceso individual.
En muchas ocasiones, cuando las personas toman la decisión de comenzar el proceso de transición ya pasaron previamente por un largo camino en donde reflexionaron y lucharon con su identidad de género, sus deseos y la mirada de la sociedad. A su vez, la transición puede ser un proceso emocionalmente complejo. Por lo que el primer paso que se recomienda es contar con un sostén emocional y psicológico. Esto puede incluir consultas con profesionales de la salud mental, terapias grupales, asesoramiento de pares y, sobre todo, apoyo de personas de confianza como amigos y familiares.
Otra instancia fundamental en este proceso es encontrar un equipo médico especializado en atención de la salud transgénero que puedan ayudar a la persona a comprender las opciones médicas disponibles y determinar cuáles son adecuadas para su situación. Esto incluye la atención de un endocrinólogo para comenzar el tratamiento hormonal y también de un cirujano, en caso de querer avanzar de alguna intervención quirúrgica. En Argentina, varios de los hospitales más importantes del país cuentan con equipos multidisciplinarios que brindan los servicios más frecuentemente requeridos por personas trans, travestis y no binarias como por ejemplo el Hospital Durand, el Hospital Argerich y el Hospital Pirovano, entre otros.
Si hablamos de los tratamientos más comunes, la terapia hormonal es el procedimiento médico más frecuente y elegido por las personas trans adultas para modificar su cuerpo. De acuerdo con una encuesta realizada en 2019 por la Fundación Huésped junto a la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA) a masculinidades trans e identidades no binarias, más del 50% utilizó la administración de las hormonas.
El paso previo a la hormonización, es el tratamiento con análogos. Estos medicamentos detienen la liberación de las hormonas sexuales y permiten controlar el desarrollo y funcionamiento del sistema reproductivo, así como también de gran parte de los cambios que se experimentan las personas al llegar a la pubertad como, por ejemplo, el desarrollo mamario en las mujeres o la aparición de la vello facial y corporal en los varones.
Una vez frenado el desarrollo con los análogos, el endocrinólogo será el encargado de decidir, junto con el paciente, cuál será el mejor procedimiento para llevar a cabo la terapia hormonal. Los resultados de este tipo de tratamientos pueden variar y dependerán de varios factores que incluyen la edad, las características físicas y la genética familiar. Incluso puede ocurrir que la terapia hormonal sola no sea suficiente para obtener los resultados esperados.
Si luego de la terapia hormonal el paciente desea continuar con las modificaciones en su cuerpo, puede evaluar opciones de cirugía. Entre las más frecuentes se encuentran las cirugías de modificación genital, las de modificación de la voz, las colocaciones de prótesis mamarias y las mastectomías con reconstrucción pectoral
En todos estos tratamientos o procedimientos, los profesionales recomiendan continuar recibiendo atención médica y realizando un chequeo regular. Esto puede incluir desde estudios para evaluar la presión arterial, cambios emocionales, o posibles efectos secundarios hasta pruebas de laboratorio para garantizar que los niveles hormonales sean los adecuados.
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