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domingo, 19 de junio de 2022

La clave está en la diversificación productiva: ganadería rentable y eficiente en zonas agrícolas

De agricultor a ganadero: Pablo Labrunée, después de 35 años de agricultura, decidió incorporar la ganadería con resultados que son para tener en cuenta. Es el caso que se mostró en la Jornada a Campo del IPCVA en Tres Arroyos el pasado 9 de junio. No es muy frecuente que un productor dedicado a la agricultura a lo largo de treinta y cinco años decida incorporar ganadería en su establecimiento para diversificar la producción. Sin embargo, hay productores deciden innovar, y, este es el caso de la familia Labrunée, propietaria de la explotación agro ganadera “La paz”, ubicada sobre la ruta provincial 73, a 27 kilómetros de Claromecó y muy cerca de Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires. Allí se practica agricultura y ganadería vacuna con un alto grado de eficiencia, con más del 95% de destete y, un promedio de 500kg/carne/ha. A ello se le suman los márgenes brutos totales logrados entre agricultura y ganadería que alcanzaron a los U$S2943/ha en el período 2021/22. Este es el establecimiento que el Instituto de Promoción de la Carne vacuna Argentina (IPCVA) eligió para realizar su segunda “Jornada a campo” del año, bajo la consigna “¿Ganadería en campos agrícolas? Por qué hacerlo, cual puede ser el techo”. En la presentación del campo, el Presidente del IPCVA, Juan José Grigera Naón, luego de agradecer al propietario de “La Paz”, Pablo Labrunée y al director del Centro Regional Bs As sur, INTA, veterinario Horacio Berger, destacó la importancia que tiene “esta asociación entre el IPCVA y el INTA, “que se ve reflejada en esta jornada de campo”. Grigera Naón resumió alguna de las acciones que desarrolla el IPCVA dentro y fuera del país, para luego dar paso a la presentación del establecimiento ante más de 500 productores de la región que se habían dado cita en el evento. El campo Pablo Labrunée maneja la explotación junto a sus hijos Juan Pablo y Natalia, quienes viven en el campo, y cuenta con el asesoramiento técnico de los veterinarios Emiliano Zapico y Ceferino Vassolol y del ingeniero agrónomo Pablo Errazú. “Desde hacía bastante tiempo veníamos con la idea de diversificar y la ganadería es algo que nos gusta mucho. Para uno que viene de la agricultura es muy sencillo incorporar la ganadería, pero debemos dedicarle tiempo”, evaluó Labrunée. La ganadería de “La Paz” hoy tiene un stock de 350 vientres, 120 terneros recriados y 7 toros, todos de la raza Angus, negro y colorado. La explotación tiene en total 360 ha, de las que 120 son propias. A la ganadería se le asignaron 255 ha con una carga animal de 1,8 cabeza/ha. De ese total, 105 ha son verdeos y 40 destinadas a pasturas de campos naturales. Las 110 ha restantes son agrícolas, repartidas entre siembra gruesa y fina. En los lotes de gruesa se siembra girasol y maíz de segunda o sorgo y en fina, trigo y cebada. “La decisión de incorporar la ganadería se tomó en 2016 y a partir de ese momento compramos animales y comenzamos a hacer cría y recría y, según como venga el año, hacemos ciclo completo”, aseguró. Pese a la fuerza de voluntad de seguir adelante, muchas veces el clima juega en contra. En ese sentido Labrunée comentó: “Tuvimos un año complicado y eso nos obligó a vender parte de los terneros al destete, porque faltó el agua. Pero siempre recriamos el total de los terneros logrados”. Estrategias en ganadería Respecto de la estrategia empleada para la reposición de los vientres, el productor detalló que “todos los años hacemos 60 vaquillonas, sobre un total de 300 vacas de cría. Lo que buscamos es agrandar el rodeo, aunque ahora estoy un poquito pasado de vientres, es muy difícil achicar el rodeo, pero es cuestión de hacer más pasturas”. Con respecto al manejo de las pasturas y la agricultura, Labrunée detalló que “tenemos un campo muy productivo, da mucho pasto y las pasturas aguantan unos años más que en cualquier otro. Las nuestras son pasturas de seis años, pero esto obedece al cuidado que le damos a cada lote. Trabajamos en la limpieza con desmalezadoras”. En cuanto a la comercialización, el establecimiento “La Paz”, según la época, ende una parte de los terneros y el resto cuando llegan a los 350/360 kilos se venden a frigoríficos. El manejo el rodeo Por su parte, el veterinario Emiliano Zapico, uno de los asesores de “La Paz”, enumeró las estrategias utilizadas en el rodeo vacuno para alcanzar un alto porcentaje de eficiencia. “El establecimiento tiene 350 vientres preñados y 120 vaquillonas (terneras) en recría que tendrán su primer servicio en septiembre. De ese total 30 serán madres y las 90 restantes se engordarán para mandarlas a faena. Además, todos los vientres que no llegan con el ternero al pie son descartados. Vaca que queda vacía después del servicio se va a afuera, no tenemos animales improductivos, queremos ser lo más eficiente posible”, explicó el profesional. En el establecimiento se practica la inseminación artificial a tiempo fijo (IAFT). El servicio es de primavera, estacionado con un período que se extiende por tres meses. “La temporada de servicio arranca alrededor del 15 de septiembre, después de los nacimientos, aplicamos un protocolo convencional con el dispositivo dentro de la vaquillona, luego realizamos la inseminación. Después, trascurridos entre 10 y 12 días, hacemos un repaso con toros y se dejan hasta el 15 de diciembre, para preñar a las hembras que no quedaron por inseminación”, detalló Zapico. La preñez de las vaquillonas en IAFT para el año pasado fue del 65% y del 70% en las vacas. La preñez final dio un resultado de 95%. El asesor explicó que “los primeros terneros comienzan a nacer a fines de junio, principios de julio” mientras que los destetes se realizan entre fines de febrero y principios de marzo, dependiendo de la disponibilidad forrajera, con un promedio de 210 a 220 kilos/cabeza”. “Con la inseminación artificial se busca tener más kilos al destete y, para alcanzar este punto, a la hora de seleccionar los toros buscamos dentro de los DEPs (Diferencia esperada de progenie) los de mayor velocidad de crecimiento, para que los terneros lleguen al peso adulto lo más rápido posible”, agregó. En la etapa siguiente se realiza “una recría corta a base de pasturas; con unos 270 kilos son encerrados en un corral con silo de autoconsumo para lograr su terminación hasta alcanzar los 360 kilos para mandarlos a faena”. Para la terminación de los vacunos, en la etapa de engorde se les entrega una ración formada por núcleo vitamínico mineral, más el grano disponible en el campo. “No salimos a comprar afuera del campo”, dijo Zapico, quien precisó que están empleando cebada y maíz. La sanidad Respecto de la sanidad, en el establecimiento se aplican los esquemas establecidos por el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria). A los terneros se le aplican dos dosis de vacunas para prevenir los problemas respiratorios y queratoconjuntivitis al pie de la madre y una tercera dosis al destete. Además se aplican antiparasitarios al pie de la madre en octubre. Durante la recría se repiten los tratamientos. Para los animales adultos se aplican vacunas reproductivas al servicio y al tacto. Un mes antes de la parición se agrega la vacuna contra la diarrea neonatal. Para prevenir el ataque de piojos en el invierno y de la mosca cerca del verano, los animales son tratados con “pour on” (insecticida y acaricida). Además las hembras, al tacto reciben dosis de minerales como el cobre. Todas las categorías son analizadas a lo largo del año. Los números cantan El ingeniero agrónomo Pablo Errazu, por su parte, contó que la actividad ganadera de “La Paz” se inició en un lote contiguo a la casa de la familia, con un alto potencial agrícola y el campo propio con 120 ha, tiene pasturas perennes, con algún cultivo de segunda. El resto de los campos, alquilados, tienen una rotación de fina a gruesa. “La rotación agrícola está pensada en función de la ganadería y, desde el comienzo los objetivos siempre fueron claros. Pablo (Labrunée) siempre dice que al tener campos alquilados se debe producir granos porque es lo que paga el alquiler, por eso la base fue tener 200 ha”, detalló Errazu. El cultivo soja, se dejó de lado y se reemplazó por maíz o verdeos con la mirada puesta en la ganadería. Además el objetivo es utilizar los rastrojos de distintas maneras y la confección de rollos o pastoreo directo. Esos lotes también se pueden asignar a pasturas anuales o verdeos en las parteas agrícolas para rotar. La base forrajera es alfalfas y pasturas consociadas. Las pasturas de largo plazo están formadas por festuca y agropiro y las anuales por avena y vicia. “Estamos probando aplicar avena vicia al boleo, en pequeña proporción sobre el cultivo de maíz de segunda, pensando en el engorde, de modo que al cosechar el maíz, en enero, nos queda el verdeo abajo. La idea futura es que se maíz termine en silos para el engorde”, amplió el asesor. Con respecto a la nutrición del forraje, a la siembra se aplica fósforo y se agrega nitrógeno y los primeros años se refertiliza con fósforo, para mantener a las pasturas en el mejor estado posible. El control de las malezas que “se realiza, según el lote, con la aplicación de pre emergentes, según la densidad de malezas, evitamos utilizar mucho químico por un tema de fitotoxicidad y, mecánico, además de evitar la sobrepastoreo del lote”, explicó Errazu. Los números indicaron que en la combinación de agricultura y ganadería, en márgenes brutos se lograron 57qq en fina; 22qq de rinde en gruesa con ganadería, con girasol; 30qq en gruesa sin ganadería y 457 kilo/ha de carne. Al medir los márgenes brutos en fina se lograron 330u$s/ha; en gruesa c/ganadería 903u$s; gruesa s/ ganadería 1276 u$s/ha y en ganadería 434u$s/ha. Para el cálculo de los márgenes brutos, explicó Errazu se tomaron como referencias los costos de alquiler a razón de 10qq de soja/ha y para el cálculo de la parte ganadera se tomó como referencia 60kg/ha. //
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